Los cuentos cortos de dinosaurios que hemos seleccionado, son los mejores del mundo que se han escrito en español.
La aventuras sobre estos ancestrales animales son divertidas, ingeniosas y te dejarán un gran mensaje.
Si deseas conocer más sobre la dinosaurio verde llamado Tiry que asusta a todos sin quererlo, o sobre Gargi, un dinosaurio tan lento que hasta él mismo se desespera, estás en el lugar indicado.
¡Ah! Y antes de que se me olvide. Si quieres más cuentos de dinosaurios y conocer sus leyendas, debes compartir esta página con todas tus amigas y amigos, y asà sabremos que te gustaron mucho.
Disfruta de más cuentos para niñas y niños.

Tabla de contenidos
Cuentos cortos de dinosaurios
La dinosaurio que querÃa un amigo
Tiry, la Tiranosaurio Rex más grande del reino, estaba muy triste, porque ella querÃa ser amiga de los dinosaurios de Dinoland, pero todos le tenÃan mucho miedo.
No era su culpa que tener un aspecto tan aterrador. Bueno, con decirte que cuando ella veÃa su reflejo en el agua, hasta ella temblaba de pánico.

Un dÃa, mientras pensaba cómo hacer nuevos amigos, llegó Gargi, el brontosaurio más miedoso de todo DinoLand.
Gargi iba con mucha tranquilidad, porque Tiry estaba detrás de un árbol enorme y no se veÃa. Gargi, con su enorme cuello, comenzó a comer las hojas de ese mismo árbol. Ya casi terminaba cuando quitó la última hoja y… ¡Tremendo susto que se puso!
Quiso correr para salvar su vida, pero su cuello se atoró entre dos ramas. Tiry se acercó a él, por lo que Gargi creyó que ya todo estaba perdido.
Pero Tiry, con mucho trabajo, porque sus brazos eran muy cortos, logró sacar a Gargi de su problema.
A partir de ese dÃa, la valiente Tiranosaurio Rex y el tranquilo Brontosaurio se hicieron los mejores amigos.
Los dinosaurios no pueden volar
En la convención anual de dinosaurios, todos hablaban de cosas muy serias, como los meteoritos y el hielo que iba a cubrir todo el planeta.
Algunos de ellos parecÃan muy preocupados, mientras que otros decÃan:
Â-Calma, calma. Los dinosaurios somos muy poderosos, nunca nos va a pasar nada malo.
Pero habÃa un dinosaurio, con largos brazos que decÃa:
-Creo que sà debemos preocuparnos y volar a un lugar mejor.

Cuando los dinosaurios escucharon la palabra volar, soltaron una carcajada, pues todos saben los que los dinos no vuelan.
Pteri, que fue el que hizo el comentario, se fue muy triste de la convención, pero también se dio cuenta de que él pensaba diferente y que estaba seguro de poder volar.
AsÃ, Pteri, se fue a una colina, que no era muy alta, y se lanzo una y otra vez agitando sus largo brazos, que estaba cubiertos de una dura piel.
La primeras 1456 veces cayó contra el suelo, pero él no era de los que se rendÃan, asà que poco a poco comenzó a caer menos fuerte, menos fuerte, hasta que en el intento 8979… ¡logró volar!
Y asÃ, llegó a otra convención de dinosaurios y les dijo:
-El hielo está por llegar. Debemos irnos de aquÃ.
Los dinosaurios, grandes y pesados como eran, comprendieron que nunca podrÃan escapar, asà que Pteri los tomó uno a uno, y los llevó a un lugar seguro.
Cuando tomó a Polacanto, el jefe de la manada, sólo escuchó que le dijo:
Quién iba a pensar que los pterodáctilos aprenderÃan a volar.
El dÃa que los dinosaurios aprendieron a contar
Después de vivir millones de años en el planeta Tierra, los dinosaurios sólo sabÃan contar hasta el dos.
Por ejemplo, si se querÃan comer cuatro manzanas, decÃan: una manzana, dos manzanas, una manzana, dos manzanas.
¡ImagÃnate si querÃan comerse 100 manzanas!

Gargi, que siempre caminaba lento, pero hacÃa preguntas extrañas, le dijo a Trice:
-¿Qué son esas cosas que tienes en la cabeza?
-Cuernos -le contestó Trice.
-¿Y cuántos son?
-Tengo dos más uno cuernos.
-¿Dos más uno? Qué raro se oye eso. Mejor vamos a decir que tienes tris cuernos, asÃ, como tu nombre.
-¿Y la e de mi nombre? -preguntó trice.
-Tienes razón, entonces le llamaremos tres.
Y asà fue cómo se inventó un número más en el planeta Tierra.
La rosa y el dinosaurio
Spineta era un Spinosaurio que se la pasaba molestando a todo mundo. Era como tener una espina en el zapato todo el tiempo.
Un dÃa, que tuvo tomo la mala decisión de molestar a Tiry, la Tiranosaurio Rex más grande del reino, se llevó el susto de su vida, pues, aunque ella es muy tranquila y no le gusta espantar a nadie, la verdad es que cuando habla parece que todos los dioses dinosaurios están molestos y quieren salir por la boca de Tiry.
Asà que Spineta corrió y corrió del susto. Como no se iba fijando por dónde pasaba, se tropezó con una rama y cayó frente a una rosa.

La rosa, de inmediato, sacó sus espinas y le dijo a Spineta:
-Tengo tres espinas y sé cómo usarlas.
Spineta soltó una carcajada y trató de tomar a la rosa con sus patas. Pero ella tenÃa razón: ¡vaya que sabÃa cómo usar sus espinas! Asà que cuando apenas la iba a tocar, una espina fue clavada justo en la punta de uno de los dedos de Spineta, por lo que volvió a correr lleno de miedo y dolor.
Al llegar con Tiry, le dijo:
Ya no te tengo miedo. Ya vi que una rosa es mucho más peligrosa que tú.
Todos los cuentos cortos de dinosaurios para niños en español son del escritor Oliver Barona.