El jinete sin cabeza página 2

Todo hubiera resultado muy sencillo, de no haber sido por Brom van Brunt, el héroe y apuesto joven de Sleepy Hollow. Él también estaba enamorado de Katrina. Su carácter era muy diferente al de Ichabod, pues le gustaba pelear, hacer bromas y andar a caballo en medio de la oscuridad. Nada le daba miedo y a las mujeres de la aldea también les gustaba por ser gracioso y valiente.

La gente decía que la joven Tassel ya lo había rechazado muchas veces, así que Crane creyó que tenía una gran oportunidad con ella. Aun así, Brom seguía buscando convencerla. A veces llegaban otros jóvenes a casa de Katrina, con flores o dulces, pero cuando veían el caballo de Brunt afuera, se iban entristecidos, pues sabían que no había posibilidad de vencerlo. En cambio, Crane no pensaba así y siguió en su lucha por conquistar el amor de la bella joven.

Cuando Brom se dio cuenta de los logros de Ichabod, dejó de visitar a Katrina. Estaba furioso porque ella comenzaba a corresponderle al maestro. En lugar de buscar pelea contra él, decidió molestarlo cada vez que pudiera.

Un día, en una clase de canto, el bromista dejó encerrados en el salón a Crane y sus alumnos. En otra ocasión, Brom entró por la noche a la escuela y desordenó todo el salón de clases del buen maestro. Cada que tenía oportunidad, avergonzaba a Ichabod frente a la joven Tassel, al grado de que un día Brunt consiguió que un perro travieso persiguiera a Crane alrededor de la iglesia. El pobre joven corría sin saber qué hacer, pues pensaba que el animal lo mordería. Todos se rieron de él, incluyendo la bella Katrina.

Así pasaron los días hasta el otoño. Una tarde, terminar de dar una clase a sus niños de primaria, se acercó a él un hombre muy alto.

­ ­―Buen día, ¿es usted el Ichabod Crane? ―preguntó el señor.

―Sí, soy yo.

―Vengo de la casa Tassel. Le traigo una invitación.

―¿Una invitación? ―respondió Ichabod sorprendido.

―Sí. Hoy por la noche habrá una fiesta y el señor de la casa estaría muy contento de que usted fuera ―dijo el hombre y le entregó una tarjeta.

Crane estaba muy emocionado. Salió corriendo de la escuela y fue de inmediato a la casa de Hans van Ripper, donde se había quedado en esos días. Dedicó todo su tiempo en arreglarse para la gran fiesta. Quería verse muy bien para la hermosa Katrina. Salió muy elegante. Montó en un caballo que le prestó Ripper y se dirigió a la casa Tassel.

Es importante decir que el animal sobre el que iba montado era un poco viejo. Casi nadie lo cabalgaba y a ratos era un poco torpe. Su nombre era Pólvora, quizá porque cuando era joven le gustaba ir a toda velocidad y lo admiraban por su gran habilidad al correr por el bosque. A pesar de su edad, seguía siendo el caballo más querido por Hans, pues habían vivido muchas aventuras. Por otro lado, Ichabod no era un gran jinete, pero sabía montar con elegancia y eso era suficiente para no hacer el ridículo al llegar con su amada.

Mientras se dirigía a la fiesta, imaginaba su futuro al lado de Katrina. A ratos le gustaba pensar que iba con ella en el caballo, paseando en una tranquila tarde de otoño.

Al llegar a la casa Tassel, se encontró con mucha gente conocida. Todos iban bien vestidos y se veían alegres. El único problema es que Brom era un invitado. Estaba rodeado de varias jovencitas que reían con sus bromas y coqueteaban con él.

Después de un rato, Crane se olvidó de su rival, pues estaba entusiasmado con la mesa de postres en la que podía comer lo que quisiera. Había de todo, desde pequeños dulces y chocolates, hasta grandes pasteles de todos los sabores que te puedas imaginar. También había comida a montones, como la más conocida pero deliciosa o platillos que nunca había probado. El joven maestro comió todo lo que pudo, claro, tratando de ser discreto para no parecer hambriento y que la gente se burlara.

Miraba a su alrededor imaginando que pronto todo eso sería de él al casarse con Katrina, así que todo el tiempo tenía una gran sonrisa.

Pronto comenzó a sonar la música y sin pensarlo, Ichabod invitó a su amada a bailar.

Debes saber que nuestro joven maestro no sólo era un buen profesor de primaria y canto, sino también un gran bailarín, quizá el mejor de Sleepy Hollow en ese momento.

Se sentía completamente feliz al poder bailar con la dueña de su corazón, quien le sonreía y parecía disfrutar la melodía al lado de Crane.

Por otro lado, Brom se quedó en un rincón, muy enojado por lo que sucedía entre su amada Katrina y el maestro.

Al terminar de bailar, Ichabod fue a conversar con los señores más sabios de la aldea junto al padre de la joven Tassel.

Todos contaban sus historias acerca de la guerra y algunos hasta le agregaban detalles para hacerlas más interesantes o para que ellos parecieran los héroes de sus narraciones. A pesar de que sus relatos eran muy emocionantes, nada superaba a las terroríficas historias de fantasmas que más tarde comenzaron a narrar. Todos se sabían alguna y decían que ellos mismos la habían vivido. Se escucharon cosas acerca de gritos en el bosque, una mujer de blanco que se aparecía junto al arroyo y lloraba tristemente, entre otras historias tenebrosas. Sin duda la favorita de todos y de la que más se habló, fue la del Jinete sin cabeza que, por casualidad, había aparecido mucho en las últimas noches y tenía la costumbre de atar a su caballo entre las tumbas de la iglesia, la cual estaba solitaria en una colina. Para llegar a ella se debía cruzar un viejo puente de madera por el que al jinete le gustaba pasar todas las noches. Este lugar era muy oscuro, tal por eso era donde más se les aparecía a los aldeanos.